La mujer pasa por distintas etapas: la infancia y pubertad, edad reproductiva, perimenopausia, menopausia y la posmenopausia. La menopausia es ese momento en el que los ovarios de la mujer dejan de liberar óvulos, ya que producen menos estrógeno y progesterona. La menstruación desaparece y la mayoría de los casos ocurre entre los 45 y 55 años de edad.
Las mujeres cuando nacen, aproximadamente tienen un millón de ovocitos. La principal función de los ovocitos es producir un óvulo maduro que pueda ser fecundado por el espermatozoide durante la ovulación.
Esta cantidad no aumenta, pero sí que llega a reducirse de manera natural con el paso del tiempo. A la pubertad llegan con entre 300.000 y 500.000 ovocitos. Con la llegada de la primera menstruación, estamos en la etapa fértil de la mujer y es en ese momento donde se estima que se pierden unos 1.000 óvulos en cada ciclo menstrual. En torno a los 45-50 años de edad, los ovocitos se agotan y aparece la menopausia, lo que marca el fin de la etapa fértil de la mujer.
Cada vez más, nos atrevemos a hablar más de esta etapa, ya que siempre se ha tratado como un tema tabú. A continuación, hablaremos sobre qué es lo que más afecta, tratamientos y qué cambios físicos provoca.
Qué afecta más a la mujer en la etapa de la menopausia
Todas las mujeres pasan por la etapa de la menopausia, pero no todas sufren los mismos síntomas. De hecho, el 15% de las mujeres no sufre ningún tipo de molestia. Los síntomas más comunes son: el sueño, menor deseo sexual, sequedad vaginal, cambios en el estado de ánimo, sofocos.
Sofocos: es uno de los síntomas más frecuentes en esta etapa de la mujer, hasta un 80% lo sufren. Exactamente no se ha conseguido saber el motivo de ellos, pero sí que se sabe que las hormonas están implicadas. Cuando existen niveles bajos de estrógenos pueden aparecer los sofocos.
Déficit de sueño: durante la menopausia, no solo se ve afectado el nivel de estrógenos, sino también el de la progesterona, las dos son hormonas producidas por los ovarios, las cuales, una de sus principales funciones es la de controlar el sueño. Si a ello, le añadimos la aparición de sofocos puede ver alterada más aún la calidad del sueño, ya que vienen acompañados de sudor, palpitaciones o incluso ansiedad.
Deseo sexual: las hormonas que producen los ovarios, estrógenos y progesterona, son las encargadas que haya deseo sexual. En el momento en el que llega la menopausia, los niveles de estas hormonas disminuyen considerablemente, lo que provoca disminución en el deseo sexual. Esta disminución también consigue que aparezca la sequedad vaginal, otro punto a tener en cuenta del por qué puede disminuir el deseo sexual.
Sequedad vaginal: una vez más, hablamos de los estrógenos. Debido a su disminución y estar en niveles muy bajos, consigue que haya una sequedad en la zona íntima de la mujer. Lo que ocurre en esta situación es que haya escozor o irritación vaginal, dolor en las relaciones sexuales o incluso sangrado genital, que aparece cuando hay una atrofia severa.
Estado de ánimo: como hemos comentado, bajan los niveles de estrógenos y progesterona, lo que puede afectar a la cantidad de serotonina que produce el cuerpo y eso conlleva a un cambio en el estado de ánimo de la mujer, llegando a la depresión o ansiedad.
En conclusión, los estrógenos y la progesterona tienen un papel crucial en todos los síntomas que aparecen en la etapa de la menopausia. A partir de su disminución, dan lugar los síntomas que hemos comentado anteriormente.
Tratamientos para los síntomas
A día de hoy existen varias terapias para aliviar los signos o síntomas de la menopausia como la terapia hormonal sustitutiva (THS), basada en estrógenos y derivados. Todo ha ido avanzando y ciertos tratamientos se han quedado atrás para dar lugar a nuevos, como el láser, ácido hialurónico o incluso complementos alimenticios, que a continuación os contamos.
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